Situación del mercado (13 de julio de 2021): ¿Corrección inminente?

Tras un 2020 marcado por la crisis sanitaria y consiguiente crisis económica provocada por el coronavirus, las bolsas mundiales se encuentran en un momento álgido, con una revalorización media del 15% en el primer semestre de 2021 y claramente descorrelacionadas de la economía real, de forma que el miedo de una fuerte corrección ha vuelto a aflorar. Pero, ¿hasta qué punto es razonable este miedo?

Varios son los factores que alertan sobre un posible movimiento correctivo en los mercados financieros. En primer lugar, la más que evidente sobrevaloración de las acciones: si bien es cierto que el coronavirus ha acelerado la transición digital, lo que ha tenido como consecuencia un aumento en las previsiones de beneficios de empresas de ecommerce, servicios de comunicación, ciberseguridad, etc., los múltiplos a los que cotizan las mismas empiezan a ser muy exigentes. Sucede lo mismo en los sectores de infraestructuras sostenibles y energías renovables, debido a los planes de estímulos por parte de la Unión Europea y del nuevo Gobierno estadounidense que contemplan ingentes inversiones en estas áreas.

Este hecho ha sido acrecentado por los bajos tipos de interés, en dos vías: en primer lugar, debido a que, a menor tipo de interés, mayor es la valoración resultante por descuento de flujos de caja y, en segundo lugar, debido a que el menor interés de la Renta Fija provoca que el capital fluya hacia la Renta Variable, aumentando su demanda y, en última instancia, aumentando los precios de las acciones.

De esta forma, los grandes inversores ya alertan sobre una posible burbuja en los mercados. Sin ir más lejos, Michael Burry, el reconocido inversor que vaticinó la crisis inmobiliaria de 2008 y apostó contra la burbuja de las hipotecas subprime, twitteaba en junio de 2021 “La gente siempre me pregunta qué está pasando en los mercados. Es simple. La burbuja especulativa más grande de todos los tiempos en todas las cosas”. Y parece que Burry va en serio con esta tesis, ya que entre sus operaciones se encuentra una posición corta sobre Tesla de 534 millones de dólares.

El otro factor que nos alerta sobre una posible corrección la encontramos en la economía real, y es la creciente inflación que venimos observando, principalmente, en Estados Unidos. Hoy mismo hemos conocido que el IPC de junio asciende al 5,4%, lo que supone el nivel más alto desde septiembre de 2008. Y es que, por mucho que Powell insista en que la inflación será transitoria (y podría tener razón, ya que entramos en periodo veraniego con unas tasas de ahorro históricas y, por consiguiente, menor demanda de crédito, que es en última instancia lo que provoca la inflación por aumento de oferta monetaria), hay una gran inflación que se viene fraguando en el sector industrial, debido al aumento del precio de las materias primas y de los costes de transporte y que inevitablemente será trasladada a los bienes de consumo. Destaca el precio del petróleo que, tras el desacuerdo de la OPEP+ para comenzar a aumentar su oferta, ha llegado a cotizar a $77 dólares, duplicando su precio desde octubre de 2020.

Finalmente, y a pesar de que la vacunación está avanzando correctamente, con el 50% de la población estadounidense vacunada completamente, el temor al avance de nuevas variantes del virus está teniendo impacto en los mercados financieros.

En este sentido, al igual que sucedió en marzo de 2020, observamos cómo los grandes insiders de las tecnológicas norteamericanas están vendiendo participaciones de sus empresas.

Por ejemplo, el 8 de julio Brin Sergey (co-fundador de Google) vendía acciones de Google por un total de 35,8 millones de dólares, a un precio medio entre 2.560 y los 2.600 dólares por acción.

De la misma forma, entre el 7 y el 9 de julio Mark Zuckerberg (fundador y CEO de Facebook) vende acciones de Facebook por un total de 27 millones de dólares a un precio medio entre 345 y 350 dólares la acción.

Aunque el hecho de que los Directivos de las grandes compañías vendan sus acciones no siempre significa que se estén cubriendo ante una posible corrección, es importante tenerlo en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión.

Como comentábamos, esto mismo veníamos observando en febrero de 2020 y pudimos evitar la caída de marzo (el S&P500 llegó a perder un -32%) y así proteger el capital de nuestros clientes.

En este caso, desde principios de junio venimos reduciendo nuestra exposición al mercado, alejándonos especialmente de activos denominados en dólares, y actualmente nos encontramos invertidos tan sólo al 50% en Renta Variable. Es cierto que estamos en un momento alcista en las bolsas, con el S&P500 y el Nasdaq rompiendo máximos continuamente, situación que creemos que tendrá continuidad a lo largo de las próximas semanas, debido a que nos encontramos en la parte final de la fase alcista del ciclo económico, caracterizado por un aumento del consumo y del crédito, pero nos preparamos para una posible corrección bursátil antes de entrar en la fase de boom económico, donde podremos aprovecharnos de nuevas subidas en las bolsas antes de la gran crisis que seguimos creyendo que tendrá lugar a finales de 2022.

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